Por Marco Fernández
En los últimos años, los Oscar han sido punto de crítica por parte de la prensa especializada y los mismos televidentes. Esto, debido a diversos factores, desde las impertinencias de los presentadores, hasta la duración del evento (que sobrepasa siempre las tres horas).
Cada año esperamos algo fuera del guion, ese momento que marque la diferencia en la gala. Por ejemplo, la reacción de Roberto Benigni en 1990, tras ganar el premio de la academia a Mejor Película en Lengua Extranjera por La Vida es Bella, entre otras escenas históricas.
La tristemente célebre cachetada de Will Smith al comediante Chris Rock en la edición del 2022, tal vez tuvo algo de eso. Por ello, no es de extrañar que los organizadores hayan preferido ir a la segura y evitar impasses como este.
Jimmy Kimmel
La elección del presentador es fundamental de cara a la transmisión del evento. Recordemos el famoso “Selfie de las estrellas” promovido por Ellen Degeneres durante los Oscar del 2014, el cual se convirtió en uno de los momentos más celebrados en la historia de los premios.
El comediante Jimmy Kimmel, quien repite la conducción del Oscar por tercera vez, optó por las bromas y los monólogos, sin buscar confrontación (salvo por la alusión al incidente de Smith y el comentario sobre The Fabelmans, lo cual incomodó a Spielberg).
Pese a la tibia respuesta del público a sus chistes, Kimmel tuvo momentos hilarantes. A mitad de la gala, el presentador subió al escenario del teatro Dolby con una burra de nombre Jenny, la que apareció en la película The Banshees of Inisherin.
La reacción del público no se hizo esperar y Kimmel aseguró que el animalito no solo era actriz, sino que es una burra de apoyo emocional, “o al menos eso fue lo que le dijimos a la aerolínea para traerla desde Irlanda”, señaló, ante las risas del público.
Sin embargo, la presentación de Kimmel no estuvo exenta de la polémica. Y es que a los asistentes de la gala no les cayó para nada bien que Kimmel interactuase con un personaje llamado “Oso cocainómano”, mientras conversaba con la activista paquistaní Malala Yousafzai.
Más allá de ello, cabe preguntarse si la academia debería cambiar el formato de la gala. Si bien no ocurrieron mayores incidentes como el año pasado, basta con analizar las reacciones de las asistentes ante las bromas del presentador para pensar en esta premisa.
Ahora, pasemos al análisis de las categorías ganadoras ¿Novedades? ¿Sorpresas? Ustedes tienen la palabra.
Mejor actor
Una de las categorías favoritas del público. Hasta la noche de los Oscar, la escena estuvo dominada por Brendan Fraser (The Whale), Austin Buttler (Elvis) y Colin Farrel (The Banshees of Inisherin).
Los reflectores estaban puestos sobre Buttler, quien se alzaba como una joven promesa tras triunfar en los BAFTA y los Golden Globes Awards por su protagónico en la biopic del rey del rock Elvis Presley.
Por otra parte, es necesario analizar el contexto en el cual competían estos actores. Es decir, una película sobre la vida de Presley podía calar fácilmente en el imaginario de los miembros de la academia, por encima de historias bien contadas como The Whale.
Sin embargo,tal como menciona el youtuber Nestorcine, la elección del ganador no solo tiene que ver con el análisis frío del desenvolvimiento del actor en la cinta, sino que es una sumatoria de narrativas y factores externos.
Este fue el caso de Fraser, quien arrastraba una fuerte carga emotiva de cara al público. Su retorno triunfal a Hollywood, la marginación y la leyenda oscura sobre los abusos que sufrió en la industria fueron elementos que jugaron a su favor al momento de la votación.
Pero, lo que pudo haber dado un viso de su inminente triunfo fue el haber recibido el premio por parte del Sindicato de Actores por su protagónico en The Whale. Pequeños detalles que, de algún modo, traen abajo el elemento sorpresa.
Y, qué decir del discurso de aceptación. Los que crecimos con La Momia (1999) y George de la Selva (1997) quedamos satisfechos y seguros de que las segundas oportunidades tienen un dulce sabor cuando se hacen realidad.
Mejor actriz
Cate Blanchett era la llamada a llevarse la estatuilla por segunda vez, tras su imponente protagónico en TAR. Sin embargo, Michelle Yeoh (Everything Everywhere All at Once) había obtenido el premio de la categoría en los Golden Globes y los SAG.
Esto habría inclinado la balanza sobre su designación en la gala de los Oscar. Cabe mencionar que la película obtuvo siete estatuillas de las once categorías a las que fue nominada, incluyendo Mejor Película y Mejor Director.
Mejor actor de reparto
Si, la historia del actor Ke Huy Quan solo ocurre en la ficción. Más de cuarenta años hubo de esperar para que llegase el tan ansiado reconocimiento a su trabajo, tras su paso por Everything Everywhere All at Once.
Reconocido por haber interpretado a Short Round en la segunda película de Indiana Jones (1984), tras ello, la carrera de Quan cayó en un silenció que acabó en la noche de ayer, tras subir al escenario para recibir la estatuilla a Mejor Actor de Reparto.
Al igual que Michelle Yeoh, más allá del trabajo de Quan, debemos analizar los premios que se llevó Everything Everywhere All at Once en la gala. Asimismo, el haber obtenido el Golden Globe en la misma categoría también fue un trampolín efectivo.
Y, también está el factor emotivo, puesto que la historia de Quan es digna de una tierna ficción. Lo dijo en su discurso: “¡Mamá, acabo de ganar un Óscar!”. Es algo así como el cierre con broche de oro de la carrera de Messi: solo le faltaba el mundial.
Por ello, insistimos en que es cierto que no solo entra en juego el desenvolvimiento actoral, sino también el valor mediático del nominado.
Mejor actriz de reparto
El rostro de piedra de Ángela Basset evidenció la reñida competencia en esta categoría. Y es que, de haber ganado, sería el primer Óscar para Marvel en una categoría de peso en la academia. Mayor oportunidad de hacer historia, imposible.
El premio recayó en la actriz Jamie Lee-Curtis, a decir de muchos, era algo cantando, puesto que había alzado el premio en la misma categoría durante los SAG.
Como dato curioso, cabe mencionar que Jamie Lee consiguió lo que sus padres, las leyendas del cine Tony Curtis y Janet Leigh, no pudieron, pese a haber sido nominados en distintas ediciones de los premios.
Mejor director
Los “Daniels” (Dan Kwan y Daniel Scheinert) se alzaron con las estatuillas de esta categoría por Everything Everywhere All at Once, derrotando a directores consagrados como Steven Spielberg con The Fabelmans.
Sin embargo, al ganar los DGA, la película de Kwan y Scheinert recibió los reflectores de la academia, lo que le valió a los directores quedarse con el premio.
Obviamente, los triunfos de Ke Huy Quan y Michelle Yeoh en la temporada de premios también jugaron a favor de los directores. Pero, quizá el factor determinante es la apuesta de este film, que mezcla lo mejor de la ciencia ficción, drama y comedia.
Mejor película
El análisis dejémoslo para los críticos y académicos. Analicemos los detalles y otros pormenores que llevaron a Everything Everywhere All at Once a ser designada como Mejor Película.
En principio, la película se llevó el reconocimiento durante los Hollywood Critics Association Midseason Film Awards en julio de 2022, lo que ya hacía pensar que el film entraría a la pelea por la estatuilla.
Asimismo, en los Amanda Awards de agosto del 2022 se llevó el premio a Mejor Película Extranjera. Por si fuera poco, el elenco de la película empezó a cosechar triunfos, lo que ya hacía pensar en una ventaja por encima de The Fabelmans, entre otros.
Finalmente, en lo que fue el spoiler más grande la historia de los premios Óscar, el hecho de que Harrison Ford entregase el premio a Mejor Película, dejó en claro que Everything Everywhere All at Once se llevaba el máximo galardón de la noche.
Inolvidable el abrazo que se dieron Ford y Ke Huy Quan al momento de la premiación. Más de uno seguramente recordó la escena en la que Indiana Jones, tras despertar del “Sueño de Kalimá”, abraza a Short Round, cuando este le dice “Indi, amigo mío”, y el doctor responde: “lo siento, enano”.
Sin duda, no tuvimos sorpresas ni momentos memorables, pero si una gala de justicia poética. Bien dicen que la nostalgia es un factor que vende. Yo agregaría: vende y hace ganar un Óscar también.
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