AL CIERRE

El adiós a un compañero

Despedir a un amigo siempre es difícil y doloroso. Nuestro compañero Renzo nos dejó, pero nos acompañará siempre con su legado.  

Y te despides como siempre. Quizá una mirada fría, una palmada en la espalda, una media sonrisa. Nada hace prever que ese acto casi involuntario es una despedida perpetua. Es la tragedia que carga el último adiós. Nunca sabes que lo es hasta que recibes esa llamada de voz entrecortada y lágrima viva.

Ese breve momento tendrá el peso eterno de una muda palabra que quedó en tus pensamientos.  El martes 5 de setiembre partió a su viaje final nuestro compañero Renzo Díaz, redactor de este blog. Con solo 25 años, era un periodista de grandes luces, apasionado con los temas tecnológicos y económicos, y que soñaba con ser escritor.

Lector voraz a temprana edad, encontró en el jirón Amazonas el templo que su agnosticismo buscaba. Era la descripción de un sábado perfecto: descubrir, en compañía de su madre, la inmortalidad que otorga la lectura.

Progresista, tiktokero, deportista, de peinado engominado, Renzo tenía muchas facetas detrás de esa amplia sonrisa que invadía su rostro luego de alguna ocurrencia. Siempre barba, lentes desde niño y la picardía de quien disfruta cada momento de la vida.

Junto al equipo de News Monitor. Renzo es el segundo de la derecha.

Era un serio convencido de las criptomonedas, por ello siempre acompañaba sus jornadas diarias con la revisión de sus inversiones, y hasta se daba tiempo de aconsejar a los demás cómo ingresar a este mundo del dinero virtual.

Bajo el lema de que «solo se vive una vez», recientemente se había reencontrado con la vida fitness y se había alejado de los carbohidratos. Eso sí, nunca de los juegos en línea con su equipo de amigos universitarios: los Soldiers.

Risueño, pícaro, gran amigo y profesional. Así era Renzo.

Ese caleidoscopio de colores, de hobbies, de looks relucientes e ideas innovadoras, no nos hicieron prever la pronta partida de Renzo. Sin embargo, él ya había logrado la perpetuidad a través de sus letras, privilegio que muy pocas personas tienen.

Renzo fue fundamental para el nacimiento de este blog, y sus letras quedarán grabadas en sus artículos. Quedó mucha tinta por recorrer, pero la suficiente para conocer su profesionalismo y amor por este oficio que los periodistas ejercemos.

Momentos compartidos que jamás olvidaremos.

Hasta siempre, compañero, espéranos en esa comisión eterna a la cual te has encaminado. «Haznos sitio», como suelen decir los colegas, que en algún momento te alcanzaremos. Así te recordamos los miembros del equipo:

 Pilar Contreras

Llegaste semanas después de que yo llegara a News Monitor. A los pocos días, me enteré de que también eras de la Bausate y empezamos a enumerar a los profesores con los que habíamos coincidido en nuestro período académico. Las anécdotas y todo lo que guardaba el famoso “patio azul” de nuestra alma mater. ¡Fue muy gracioso!

Meses después, tu personalidad apacible inició efímeras charlas durante la jornada y, luego, a grandes debates con los compañeros del área. Te empezábamos a conocer un poco más todos. A menos del año, tuvimos que enfrentar la pandemia que nos distanció físicamente, pero no del todo.

Luego, emprendimos un proyecto de entrevistas y artículos. Tu interés por el ámbito digital resaltaba siempre y motivados en el grupo por ese enfoque plasmábamos tus sugerencias. ¡Gran aporte!

Hace unos días, unos videos tuyos llegaron a mí. Carismático y divertido. Y, con esa imagen de alegría y lleno de juventud, te quiero recordar siempre. Renzillo -así solía decirte- vuela alto amigo. Ya no nos encontraremos de este lado; pero si en el otro. Hasta pronto.

Yoselyn Ruiz

Y, aunque no lo imaginaste, realmente nos haces falta. Siempre dispuesto a apoyar, responsable y algo distraído, pero siempre al pie del cañón con tus ideas locas para este blog.  Entusiasta, de sonrisa intrépida y mirada intelectual, amante de la IA, las proteínas y de los «saurios». Hasta siempre, Renzo “Lizarzaburu”.

Como fanático de la IA, Renzo creó su propio «Saurio».

Marco Fernández

Cuanto te echo de menos, querido amigo. Extraño tanto nuestras coordinaciones, que terminaban siendo amenas charlas que al final nos desviaban del tema. Recuerdo tu sonrisa pícara, tus reflexiones que eran una especie de chiste encubierto. Así eras, Renzo.

 Antes de despedirnos, te dije que conversaríamos a mi regreso de Buenos Aires. Eso ya no será posible. Sé que no volveré a escuchar tu voz, ni tu risa. Esa conversación quedará pendiente y solo me queda imaginarla. Sé que hubiese pasado: habríamos reído como de costumbre. Hasta siempre, Renzo. Voy a extrañarte mucho.

Lee aquí algunos de los artículos de Renzo Díaz:

 

 

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